Me puse a esperar con unas cuantas personas, no me sentía mal, creo que hablar con ellos no será tan duro como había pensado.
Estaba impaciente, no me podía estar quiero. Entonces me vi reflejado en un espejo, la verdad es que no había pensado antes en mi aspecto, pero era mortal. Parecía un zombie, o un enfermo terminal. Hay quien llama enfermedad a lo que me pasa, yo lo califico más bien como un ‘’Periodo oscuro’’, todos tenemos un Periodo oscuro en el que hacemos cosas de las que nos arrepentimos, y que nos gustaría borrar. Para sentirme mejor me digo que lo importante es rectificar y seguir adelante, y espero que funcione.
Ellos no podían verme con ese aspecto… Ahora entiendo por qué la chica se asustó al verme, debió de pensar lo peor de mí. En ese momento me di cuenta que no podía sacarme de la cabeza lo ocurrido esta mañana.
-¿Gerard?
Estaba demasiado sumergido en mis pensamientos, hasta la tercera vez que me llamaron no me inmuté.
-Ah sí, soy yo, perdona.
-Gracias.
Salí de allí, ahora debía despejarme e intentar hacer algo con mi cara, no quería asustar a nadie.
Llegué a un parque cercano, me lavé la cara con el agua de una fuente, me sentó bien. Estuve un rato dando vueltas, pensando qué diría al llegar a casa. Decidí improvisar. Además, a Mikey ya lo tenía ganado cuando le enseñase todos los cafés que llevaba, adora el café.
Estaba dispuesto a irme ya, cuando pasó ella, la única persona que era capaz de hacerme sentir bien por el mero hecho de existir, todavía no sabía su nombre, pero sabía lo suficiente como para no poder dejar de adorarla. Sé que al verla esbocé una sonrisa, ella pareció no percatarse de que la estaba observando, es más, parecía no percatarse de nada.
Era como ver una película, tú puedes observar todo lo que hacen los personajes, pero no influyes en ellos ni en el desarrollo de la historia. Todos podíamos verla, pero ella parecía sumergida en algún extraño mundo que nosotros no éramos capaces de entender, algunos la criticarían por ello, a mí simplemente me resulta fascinante.
Iba escuchando música. Atravesó todo el parque, perdiéndose entre la vegetación.
Hasta ahora no recordé la nota que le había dejado en ese lugar… ¿La habrá leído? Espero que no, ahora que mis antiguos planes habían fallado esa nota no debía ser encontrada.
Fue entonces cuando regresé a la realidad, cuando recordé todos mis problemas y la posible solución a algunos de ellos. Bueno, la nota no creo que la haya encontrado todavía, o que la encuentre próximamente, por lo que no hay prisa, ya la recuperaré.
Decidí que tras pedir perdón y eso, le contaría a Mikey lo sucedido esa mañana.
Cogí un taxi, le di la dirección de casa. Me miré en un espejo, la verdad es que mi aspecto no había mejorado mucho, aunque la última vez que me vieron lo tenía mucho peor.
Al bajar del taxi se me humedecieron los ojos, era demasiado, no podía presentarme así tras haber hecho lo que hice, tras haber desaparecido de esa forma.
Estaba anocheciendo. Me senté en el árbol del jardín, me quedaría allí hasta decidir qué hacer. Miré mis brazos, esa cortada en mi muñeca que hice ese día, el día en el que comenzó todo...
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