domingo, 22 de enero de 2012

9. Nothing

Creo que he dormido durante años, me siento bien. No sé qué hora será, pero supongo que no quedará mucho para la hora de comer. Salí de mi habitación y llegué al salón. Ahí estaban todos, mirándome como si me llevasen esperando un buen rato. Mikey les había hablado sobre lo ocurrido, estoy totalmente seguro.

Los saludé como si nada, no sabía qué hacer, entonces Frank se acercó y me abrazó, también me lamió la cara. Veo que ha aprendido algo de su jauría de perros.

-Cómo me pones con este pijama, arrrrrrrrrrrrrrg. – Dijo Frank. Todos se rieron, no me había dado cuenta que llevaba mi pijama de Star Wars, yo también me reí.

Estuvimos poniéndonos al día, hablando de todo un poco. Habían comenzado a componer alguna canción, pero no habían adelantado mucho. Les enseñaré el CD, podríamos usar una melodía similar, me gustó cómo sonaba. Esto me recordó la situación en la que me encontraba.

Les hablé de lo ocurrido estos últimos días, aunque Mikey confirmó que ya lo había hecho él, esto lo hacía más fácil. Tenía que dar menos explicaciones. En realidad no me apetece hablar de ello ahora, pero es algo que tengo que hacer tarde o temprano, así que cuanto antes me lo quite, será mejor.

-Quedan 5 días, no sé lo que pasará entonces, pero algo pasará en 5 días… -Dije al fin.

-Gerard, no va a pasar nada malo, no estés asustado… ¿Has recibido algo hoy? –Dijo Ray.

No había caído en que hoy no había recibido nada, desde que comenzó todo cada día recibía algo, pero hoy no.

-No… ¿Qué hora es?

-Las 5 y media.

He dormido demasiado, parece que he estado hibernando.

-Es extraño, quizás han decidido dejarte en paz. Puede que lo único que quisieran fuese que sigas con vida, o que encuentres una razón para ello. – Dijo Mikey.

-O puede que la pista de hoy sea esta, la de no dejar nada, crear incertidumbre. – Comentó Frank.

-Yo apoyo a Mikey, puede que esto haya terminado ya. –Dijo Bob.

-De todas formas, yo tengo curiosidad, quiero escuchar ese CD. Dice Mikey que la canción te ha gustado mucho. – Dijo Frank para cambiar de tema, o mejor dicho, de problema dentro del mismo tema.

-Ah sí, está en mi habitación, voy a por él.

Fui a mi habitación, estaba feliz. Me alegraba haber visto a los chicos, lo necesitaba. Además, la hipótesis de Mikey puede ser cierta, quizá solo quieren que sobreviva. Siempre tiendo a ser positivo, a pensar que la mejor opción es la que ocurrirá, todos lo hacemos de forma inconsciente, y no somos conscientes de ello hasta que pasa la otra opción. La peor. Por lo que también debo tener en cuenta la hipótesis de Frank, puede que la pista de hoy sea la ausencia de pista, la incertidumbre.

sábado, 24 de diciembre de 2011

8. Your secrets keep you sick, your lies keep you alive

Tenía que contarle esto a Mikey, y luego al resto de la banda. Fui a su habitación. Esta seguía como siempre, llena de pósters, bajos, videojuegos… Él estaba jugando a algún juego con la play, se podía pasar así días enteros, luego parecía un zombie.

-Mikey, hay algo que todavía no te he contado. – Le dio al pause y se dispuso a escucharme.

-Ayer, por la mañana, pasaron cosas muy extrañas… - Tenía que contarle todo, tanto secreto me estaba matando. – Estuve a punto de suicidarme, otra vez. Justo cuando estaba a punto de hacerlo alguien llamó por teléfono, no dijo nada. Luego encontré esta nota. - La busqué en mi bolsillo, estaba seguro de que la metí allí, pero ahora no estaba. 

-Gerard, no pasa nada, seguro que se había equivocado…

-No, ¡no se había equivocado! ¡Quería que viese la nota! ¡Ahora ya no está! Voy a salir loco…

-¿Qué ponía en esa nota?

-‘’Aguanta 7 días más’’… ¡Pero aún hay más! Tengo esto. –Saqué el CD y lo puse en su mini-cadena. Empezó a sonar lo mismo que la vez anterior, Mikey me miraba extrañado, pero esta vez no se escuchó la risa del final.

-Pues la canción mola, aunque el ruido de fondo es atroz.

-¡Antes se escuchaba una extraña risa al final! – Me estaba poniendo muy nervioso, no podía creer que ahora no se escuchase la risa.

-Gerard, respira. No se escucha ninguna risa, puede que haya sonado en otro sitio. En cuanto a la nota, se te habrá caído. Todo está bien. – Me sonrió, sé que solo lo decía para tranquilizarme. –Ahora en serio, ¿qué te has tomado?

-No, Mikey, dije que te contaría todo y esto es lo que estoy haciendo. Hubo días en los que no estuve sobrio. Sé que recuerdas lo de ese tour, no sabía ni siquiera qué día era, o si había dormido. También hubo días en los que el suicidio fue mi mayor deseo, pero ahora no. Te estoy diciendo la verdad. Solo quiero ser feliz, continuar con la banda y llegar muy lejos. Quiero disfrutar mi existencia.

Mikey se sentó a mi lado y me abrazó, muy fuerte.

-Todo se solucionará, averiguaremos quién está detrás de esto. Esto no se quedará así. Todo irá bien, lo prometo.

Nos quedamos leyendo cómics toda la noche, como en los viejos tiempos, en los que pasábamos las noches luchando con nuestras espadas láser y salvando el mundo.

Mañana será un día duro, llevo sin ver a Frank, Ray y Bob un montón de tiempo. Lo último que recuerdo fue que grabamos el álbum ‘’Three cheers for sweet revenge’’. Lo demás son recuerdos efímeros, no lo suficientemente claros para saber si son ciertos o son un producto de mi imaginación, o de cualquier producto que hubiese tomado

Así que ahora dormiría un rato, lo necesito. Mañana será el tercer día desde que recibí la primera prueba, eso implica que me queda un día menos para lo que sea que pasará.

viernes, 16 de diciembre de 2011

7. Sing for what you feel inside.

La comida no fue nada del otro mundo, estaba deliciosa, pero eso era normal, siempre lo estaba. En cuanto a la conversación fue mejor de lo que pensaba, no hubo muchos momentos incómodos, y cuando los había Mikey siempre decía algo para rebajar la tensión. Lo más importante es que evitamos hablar sobre ese tema.

Ahora llega el momento más duro, debo escuchar ese CD, pero quiero hacerlo a solas. No quiero meter a nadie en esto hasta saber de qué va. Así que intentaré escabullirme durante un rato.

-Voy al  baño, ahora vuelvo.

-¡Tú lo que quieres es no fregar! ¡Siempre haces lo mismo! – Dijo Mikey con un tono entre divertido e indignado.

Mikey tenía razón, es la escusa que solía poner para no fregar. Lo que hacía realmente era meterme en mi habitación a dibujar y escuchar música. Si supieran de lo que se trata esta vez…

-Pues fregaré antes de ir. –Me arrepentí de decir esto, la verdad es que odio fregar los platos, no entiendo por qué no compran un maldito lavavajillas. Algún día les regalaré uno.... quizá para navidades...

-Espera, voy a por la cámara, ¡tengo que inmortalizar este momento!

Le eché una mirada amenazante, por lo que lo que hizo fue sentarse a observar cómo fregaba.
En realidad solo quería terminar rápido e ir a ver qué había en ese maldito CD, si no me volvería loco.

-¡Ya está! – Concluí satisfecho. Mikey comenzó a aplaudirme, no pude evitar reírme.

Me fui a mi habitación, cogí mi antiguo discman, me puse los auriculares e introduje el CD.

Solo se oyen ruidos extraños, como interferencias. Parece una grabación casera de alguien que no tiene ni idea de cómo grabar. Se pasó unos 5 minutos así, con ese extraño sonido, comenzaba a ponerme nervioso, incluso estuve a punto de quitarlo, entonces algo cambió.

Comenzó a sonar un instrumento de cuerda, debido al sonido de fondo no sabría decir si es una guitarra eléctrica o un bajo, pero tocaba bastante bien. Me gusta.

Al final se escucha como una risa extraña distorsionada, parece malévola. Es bastante siniestra. No sabía identificar si ese sonido lo había emitido un hombre o una mujer, pero me resultó bastante siniestro. ¿Qué quiere decir esto? ¿Es una broma? ¡Pues no tiene ninguna gracia!

Lo volví a escuchar una y otra vez. La canción me gusta, la tengo grabada en mi mente, me da ganas de cantar.

Quiero cantar todo lo que siento, sacarlo de mi interior como en los viejos tiempos, cuando pasábamos tardes tocando con la banda. Aunque claro, estos días de atrás no estaba en condiciones de escribir, solo quería que todo acabase. Ahora tengo ganas de seguir adelante, algo ha cambiado, aunque todavía no estoy seguro del todo de lo que ha sido, lo único que sé es que

No estoy asustado de seguir viviendo, no estoy asustado por recorrer el mundo solo.

viernes, 2 de diciembre de 2011

6. I shoud've been a better son.

-Vamos, creo que estoy listo.

Mikey se levantó, yo hice lo mismo, nos encaminamos hacia casa. Miré el árbol que dejábamos atrás. A lo lejos se veía a alguien. Parece buscar algo. Es como si nos observase y se hubiese dado cuenta de que lo he visto, o eso me parecía. Llevaba un sombrero extraño, a lo Indiana Jones. Dejé de mirar por un segundo y se desvaneció. Creo que la cafeína ha alterado mis conexiones sinápticas. O habrán sido los acontecimientos pasados, pero todo me resulta sospechoso. Necesito recuperarme de esto.

Metí las manos en los bolsillos y nos encaminamos hacia casa. Entonces noté algo en mi bolsillo izquierdo. Era un CD, no ponía nada en el exterior, ni un título ni nada. Me quedé petrificado.

-Gee, ¿vienes o qué?

-Ah sí, ¡ya voy! – Guardé rápidamente el CD. Sonreí y alcancé a Mikey. Antes de decirle nada tendría que escuchar ese CD, luego ya le contaría todo.

Estábamos llegando a la puerta trasera de la casa. Se me ocurrió una pregunta.

-Mikey, ¿mamá me odia?

-No digas eso, ella simplemente estaba preocupada por ti, todos lo estábamos… Nunca habías hecho algo así…

-Lo sé, también tengo que hablar con los chicos. Ellos siempre me han apoyado mucho cuando he estado mal y…

-Gerard… Quiero que sepas que todos estaremos aquí, te ayudaremos a ser TÚ otra vez. No estás solo en esto. – La verdad es que Mikey no suele ponerse emotivo normalmente, por eso cuando lo hace es tan adorable. Lo abracé y le revolví el pelo cariñosamente.

Entramos a la casa, mi madre estaba sentada en el sofá viendo la tele. Oyó el ruido de la puerta, pero no giró la cabeza. Pareció no inmutarse que mi presencia. Eso lo hacía más difícil…

-Mamá… - Lo dije con una voz muy aguda y casi inaudible, pero sé que la escuchó. Se puso a llorar, pero no me miró.

Me dispuse a insistir, no quería que esto se quedase así.

-Mamá, quiero decirte que lo sien…

-¿Eres tú, mi hijo? – Lo dijo así como si nada, no sabía bien qué quería decir, claro que soy su hijo… Pero ella buscaba algo más, siempre busca algo más que no capto, pero parece que mis respuestas suelen convencerle…

-¿Qué? Soy yo, Gerard…

-¿Eres mi hijo o el monstruo horrible en el que se ha convertido?

-¡Mamá, si no hubiese cambiado no estaría aquí! – Dijo Mikey indignado.

Mamá y yo ignoramos a Mikey, en realidad me gustaba que me apoyase, siempre lo hacía. Mamá sé que se hacía la dura, desde que entré por esa puerta estoy seguro de que ha querido abrazarme, siempre que discutimos pasa lo mismo, aunque el tema de discusión esta vez era muy diferente.

-Espero volver a ser yo, sé que nunca he sido el mejor hijo, sé que te fallé mucho en estos últimos meses, solo quiero volver a ser yo, y para ello necesito que me perdonéis, no puedo seguir así…

Antes de que comenzase a llorar mamá me estaba abrazando, y Mikey también. Permanecimos así durante un buen rato, hasta que mamá nos ofreció algo de comer.

sábado, 26 de noviembre de 2011

5. My F**king Nightmare.

*flashback*

Corrí hacia mi habitación tan rápido como me permitieron mis piernas, puse la música lo suficientemente alta para que nadie escuchara mis gritos, ni siquiera yo mismo. Cogí un compás, era lo más afilado que tenía a mano. Mikey y mi madre me siguieron hasta mi habitación, no lo supe hasta entonces. Cuando ya había introducido la punta del compás en la suave piel de la parte inferior de mi antebazo, la sangre comenzaba a brotar lentamente. Miré hacia delante. Estaban petrificados en la puerta. No sabía que hacer. Grité:

‘’¿Qué os importa lo que haga? ¡¡Todos acabaremos en el infierno!!’’

Esas palabras, ¿por qué dije esas palabras? ¿Por qué salí corriendo tras hacerlo? ¿Por qué no me arrepentí ese día?

Recuerdo la sensación de la sangre desplazándose por mi mano, hasta gotear en el suelo, recuerdo sus caras.

Me quedé dormido.

*************

Noto unos pichazos en el brazo derecho, miro hacia abajo y el café no está, ha desaparecido, de todas formas ya estaría bastante frío. Hay mucha luz, el sol está saliendo. Miré hacia la dirección de la que provenían los pinchazos.

Mikey estaba dándome con un palo y comprobando si estaba muerto, ¿Dónde ha quedado lo de mirar el pulso? Como era de suponer, él se había apoderado del café.

Al verme reaccionar me abrazó muy fuerte, pensé que me aplastaría, y se sentó a mi lado y no dijo nada. Me tendió uno de lo frapuccinos, estuvimos así un rato, sentados en silencio. Hasta que decidí decir algo.

-Lo siento, de verdad. –Lo dije sin apenas mirarlo, me avergonzaba de mí mismo, estaba realmente arrepentido.

-Lo sé, sé lo que has pasado.

Nos miramos, fue una de esas miradas que dicen más que cualquier palabra, cualquier signo explicable es insuficiente para describirlo.

Volvió el silencio. Pero no es un silencio incómodo, es más bien un silencio de comprensión y apoyo. Además, temo que si digo una sola palabra comenzaré a llorar como un niño.

Mikey es una de las pocas personas con las que podía mantener ese tipo de silencios, es una de las cualidades que más me gustan de él. Es el mejor hermano del mundo.

-Mamá está en casa, ¿quieres hablar con ella? –Lo dijo como si llevase un tiempo queriéndolo decir, pero se arrepintiese de haberlo hecho.

-Espera, necesito algo más de tiempo.

En realidad estaba sopesando si contarle lo ocurrido la mañana anterior, la llamada extraña, la nota, lo de la chica que ha ido a limpiar... Hasta ahora no había caído en una cosa, algo que me aterraba e intrigaba a partes iguales:

Queda un día menos, la cuenta atrás ha comenzado.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

4. She.

Me puse a esperar con unas cuantas personas, no me sentía mal, creo que hablar con ellos no será tan duro como había pensado.

Estaba impaciente, no me podía estar quiero. Entonces me vi reflejado en un espejo, la verdad es que no había pensado antes en mi aspecto, pero era mortal. Parecía un zombie, o un enfermo terminal. Hay quien llama enfermedad a lo que me pasa, yo lo califico más bien como un ‘’Periodo oscuro’’, todos tenemos un Periodo oscuro en el que hacemos cosas de las que nos arrepentimos, y que nos gustaría borrar. Para sentirme mejor me digo que lo importante es rectificar y seguir adelante, y espero que funcione.

Ellos no podían verme con ese aspecto… Ahora entiendo por qué la chica se asustó al verme, debió de pensar lo peor de mí. En ese momento me di cuenta que no podía sacarme de la cabeza lo ocurrido esta mañana.

-¿Gerard?

Estaba demasiado sumergido en mis pensamientos, hasta la tercera vez que me llamaron no me inmuté.

-Ah sí, soy yo, perdona.

-Gracias.

Salí de allí, ahora debía despejarme e intentar hacer algo con mi cara, no quería asustar a nadie.

Llegué a un parque cercano, me lavé la cara con el agua de una fuente, me sentó bien. Estuve un rato dando vueltas, pensando qué diría al llegar a casa. Decidí improvisar. Además, a Mikey ya lo tenía ganado cuando le enseñase todos los cafés que llevaba, adora el café.

Estaba dispuesto a irme ya, cuando pasó ella, la única persona que era capaz de hacerme sentir bien por el mero hecho de existir, todavía no sabía su nombre, pero sabía lo suficiente como para no poder dejar de adorarla. Sé que al verla esbocé una sonrisa, ella pareció no percatarse de que la estaba observando, es más, parecía no percatarse de nada.

Era como ver una película, tú puedes observar todo lo que hacen los personajes, pero no influyes en ellos ni en el desarrollo de la historia. Todos podíamos verla, pero ella parecía sumergida en algún extraño mundo que nosotros no éramos capaces de entender, algunos la criticarían por ello, a mí simplemente me resulta fascinante.

Iba escuchando música. Atravesó todo el parque, perdiéndose entre la vegetación.

Hasta ahora no recordé la nota que le había dejado en ese lugar… ¿La habrá leído? Espero que no, ahora que mis antiguos planes habían fallado esa nota no debía ser encontrada.

Fue entonces cuando regresé a la realidad, cuando recordé todos mis problemas y la posible solución a algunos de ellos. Bueno, la nota no creo que la haya encontrado todavía, o que la encuentre próximamente, por lo que no hay prisa, ya la recuperaré.

Decidí que tras pedir perdón y eso, le contaría a Mikey lo sucedido esa mañana.

Cogí un taxi, le di la dirección de casa. Me miré en un espejo, la verdad es que mi aspecto no había mejorado mucho, aunque la última vez que me vieron lo tenía mucho peor.

Al bajar del taxi se me humedecieron los ojos, era demasiado, no podía presentarme así tras haber hecho lo que hice, tras haber desaparecido de esa forma.

Estaba anocheciendo. Me senté en el árbol del jardín, me quedaría allí hasta decidir qué hacer. Miré mis brazos, esa cortada en mi muñeca que hice ese día, el día en el que comenzó todo...

lunes, 21 de noviembre de 2011

3. Childhood memories.

Alguien entró en la habitación. Me acerqué a ver quien era.

Era una chica, estaba pasando a limpiar las habitaciones. Parecía sorprendida, se extrañó bastante al verme, era como si no esperase ver a nadie aquí, o quizá es que vio el desastre de habitación que había dejado.
La verdad es que es muy mona, y bastante joven como para trabajar aquí. Tras una breve pausa se decidió a decir algo.

-Buenos días, ha…. ¿ha pasado una buena noche?

-Eh... pues sí, la verdad es que he estado bastante bien.- Dije sin mucha seguridad, en realidad no recordaba nada de la noche anterior, y esta mañana había sido demasiado extraña como para calificarla como buena o mala.

-Perdone, pero nadie ha reservado esta habitación desde hace 6 meses,  Usted no debería estar aquí...
Definitivamente, no esperaba encontrarme aquí. Parecía muy nerviosa, pero no le di importancia al asunto, tenía otras cosas en las que pensar.

-Lo siento, de verdad, no sé nada de lo que pasó anoche…

Miré hacia la puerta y ella se había esfumado. Estaba empezando a sospechar de todo, no había nada extraño en que la chica se hubiese ido así, parecía bastante tímida. Pero… ¿cómo había llegado yo a esa habitación?

Me puse los zapatos y recogí todas mis cosas, debía salir de ahí antes de agotar lo poco que me quedaba de cordura.

Me decidí a ir a ese lugar del que huí, con esas personas a las que decepcioné una vez. Les debía al menos una disculpa. Creo que sobran todas las explicaciones posibles, es más, ni siquiera yo soy capaz de explicar en lo que me he convertido, lo único que sé es su desencadenante, la muerte.

Antes de volver a casa debía pasarme por el Starbucks, era el lugar favorito de Mikey. Solíamos pasar un montón de tiempo allí, lo echaba de menos. Siempre habíamos estado muy unidos, pero tras los últimos acontecimientos nos habíamos distanciado, no sé qué sería de su vida, de lo único que estoy seguro es de que seguirá adorando el café.

Al llegar al Starbucks vinieron a mi mente muchos recuerdos de mi infancia, estaba sonando una de mis canciones favoritas, ‘’Sweet Child O’Mine’’

Cuando Mikey y yo éramos pequeños, solíamos pasar mucho tiempo en el Starbucks, pedíamos frappuccinos a nombres extraños y luego no reíamos mientras que los leían, no era gran cosa, pero disfrutábamos mucho haciéndolo. Hasta que llegó el día en el que nos prohibieron la entrada, fue en este mismo Starbucks, hace bastantes años.

Veo que todavía conservan esta extraña figurita, siempre me había llamado la atención. Es muy fea, por lo que siempre he pensado que tenía algún valor simbólico.

-Buenos días.

-Hola.- Emití una extraña sonrisa, yo sabía que era melancólica, espero que el dependiente no lo interprete de ninguna forma extraña.

-¿Qué quiere que le ponga?

-Pues me gustaría pedir 10 frapuccinos.- Cuando lo pensé no sonaba tan extraño como al decirlo, bueno, la verdad es que ni siquiera lo pensé, es lo que solíamos tomar Mikey y yo siempre. Cuando el café era la droga más adictiva que había probado.

-¿Perdona? ¿Ha dicho 10 frappuccinos?- Dijo el chico, sopesando si era una broma.

-Sí, 10.- Al afirmarlo no pude evitar reírme, me sentía relativamente bien, siempre que los pedíamos obteníamos una reacción similar.

-¿A nombre de quién?

Ahora es cuando solíamos decir un nombre divertido, para luego reírnos, pero eso fue lo que cambió esta vez


-Gerard.